Bien dicen por ahí que ‘no hay Cabo que no aspire a General’ y es cierto. En la vida laboral, el deseo de superación en sus muy distintos niveles es el combustible que nos mantiene con ánimos para ir detrás de un objetivo: el éxito profesional.

Sin embargo, conservar la pasión por aquello que nos gusta no es tarea fácil. Como seres emocionales que somos, un mínimo detalle negativo es capaz de arrasar con nuestro ánimo y provocarnos un estancamiento laboral.

Estudios especializados señalan que los empleados que se sienten satisfechos con su trabajo son hasta un 33 por ciento más productivos pero, como todo casi todo en esta vida, conseguir que la inspiración nos llegue cotidianamente es además de una tarea personal, una cuestión que se aprende.

En Jobomas te compartimos algunas estrategias para generar tu propia motivación y convertirte en el profesional capaz de avanzar y buscar permanentemente, mejores oportunidades para ti mismo:

#1. Levantarse con el pie derecho.

Para generar situaciones positivas también hay que tener una actitud positiva.Lo primero que hay que hacer es construir a nuestro alrededor una atmósfera optimista y empezar el día con el mejor de los ánimos. La manera en cómo empiezas tu día habla mucho de cómo se desarrollará el resto de la jornada así que intenta poner buena cara y empezar con la mejor de las actitudes. Tan pronto despiertes, haz el propósito de sonreír y sal de tu casa con una mentalidad ganadora visualizando el cumplimiento de tus objetivos.

#2. Fija metas reales

Seguro que todos queremos ser el hombre más rico del mundo o el empresario más exitoso y no es que sea imposible pero, hay que tratar de ajustar las metas a la realidad e ir aumentando la dificultad de manera gradual. Quizá este año no puedas convertirte en el CEO de la marca más exitosa del mundo pero en cambio, sí puedes plantearte conseguir la jefatura de tu departamento. Plantear objetivos demasiado ambiciosos puede ser contraproducente si no los conseguimos pues puede generarnos frustración. Lo mejor es mantener un equilibrio y orientarnos hacia metas asequibles que nos impulsen a ir avanzando poco a poco.

#3. No te victimices

En el momento en que te asumes víctima de las circunstancias, pierdes la capacidad de ser tu propio líder. Ten en cuenta que una persona exitosa lo es principalmente porque ha aprendido a tener el control de su vida. Concéntrate en tus fortalezas y confía plenamente en tus talentos para salir adelante. El éxito sólo puede vivir dentro de una mente ganadora.

#4. Acción

La palabra clave es ‘proactivo’. Aduéñate de tus circunstancias y proponte mejorar todos los días. El 85% de los profesionales se quedan pasivos ante su entorno y solo 15% sabe plantearse objetivos e ir tras ellas. No tomes tus errores como aspectos negativos sino como oportunidades de aprendizaje que te ayudan a superarte. Cuanto más tiempo pierdas entre el pensamiento y la ejecución de una tarea o decisión, menos entusiasmo sentirás por ella de modo que conservar la motivación hay que saber mantenerse en movimiento.

#5. Abre oportunidades

El éxito es generalmente la consecución de invertir en nosotros mismos y explotar nuestras capacidades. Para avanzar, también es necesario aprender y por cada paso que des en el camino de tu formación, estarás asegurándote un mejor futuro laboral. No hay nada más reconfortante que encontrarse con una oportunidad para mejorar y estar capacitado para tomarla. Acepta los retos; cada desafío que enfrentes te provocará querer llegar más lejos.

#6. Disfruta tu trabajo

Un profesional en toda la extensión de la palabra es además de perfeccionista, una persona que siempre aspira a más. La autorrealización llega por muchos caminos (sueldo, conocimientos, proyección) y hay que estar dispuesto a recibirla cada día. Deja que tu trabajo sea un placer para ti, disfruta aprender, goza de resolver algún problema o aportar tu talento a la empresa y siéntete feliz de cosechar tus éxitos por pequeños que sean. La mayoría sólo puede observar los aspectos negativos de una situación y muy pocos logran ver las oportunidades. Conviértete en esa persona que encuentra en la adversidad, una ventana para crecer.

Recuerda que hagas lo que hagas, tú eres el único responsable de tu desarrollo y obtener lo mejor de tu desempeño sólo depende de ti. Sonreír y dar tu mejor esfuerzo es la manera más sencilla de seguir avanzando y recolectar la satisfacción de dedicarte con pasión a lo que mejor sabes hacer.

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